miércoles, 22 de abril de 2009

Capítulo cuatro: Opuestos

Como era de esperarse por poco no llegamos a clases, Eva se negó a salir de la cama si no hasta que prácticamente Freddy tenía encendido el motor del Volkswagen para irnos al instituto, ni siquiera alcanzó a tomar desayuno. Cuando al fin partimos, yo iba tan pendiente de la hora que no me preocupé demasiado por la velocidad intrépidamente rápida que mi amigo conducía su auto. Llegamos a la escuela justo cuando la Rana se disponía a cerrar las puertas, teníamos Química a la primera hora, por lo que Eva y yo dejamos a Freddy en el camino.

La mañana se pasó inesperadamente rápida y llena de clases donde nos llenaban más y más de trabajos y proyectos grupales.

- En serio, haré un muñeco vudú de Busoni sólo para picarle los ojos, dejarle ciego y que deje de darnos tanta tarea- se quejó Eva mientras se desparramaba en la mesa durante el almuerzo.

Freddy arqueó las cejas de manera inquisidora.

- Ya… pero conste que no te iré a ver a la cárcel cuando te acusen de quasi homicidio en tercer grado- comentó él mientras mordía la manzana. Freddy tenía la curiosa manía de comer la fruta del postre antes que todo.

Saqué el cuaderno de Inglés, repasando las fechas de las evaluaciones que tendríamos durante ese primer trimestre, eran bastantes, mi dedo se quedó fijo en una fecha en particular, 24 de Octubre…

Ahí se cumpliría un año del accidente. Un enorme peso se asentó en la mitad de mi pecho y nuevamente sentí que la cicatriz se esforzaba por abrir y dar paso al torrente de emociones reprimidas que siempre cargaba.

- “No aquí, no ahora…”- rogué mentalmente.

Seguía sintiendo la voz de Eva y Freddy de fondo, pero de pronto todo se había transformado en un murmullo sordo, puesto en segundo plano de todas las imágenes que invadían mi mente. De pronto recordé a Lethar, no le veía desde el día anterior y tampoco había sentido su presencia, sentí la necesidad de llamarle, de verlo, incluso de reñir con él, todo con tal de dejar de sentir aquella sensación de angustia…

- ¿Puedo sentarme aquí?

La intromisión de una tercera voz me sacó inesperadamente de mi ensimismamiento, alcé la vista, nuevamente mis ojos se encontraron con esos azul oscuro; y de pronto, de la misma forma repentina que me había sumido en aquel estado parecí salir de él. Mi cuerpo se llenó de una sensación de… ¿conforte? No podía precisar que era, pero mágicamente me sentía mejor.

Era la primera vez que me sentía bien al observar directamente a Dimitri Moskovits.

- Claro que puedes- respondió de pronto Eva mientras señalaba el puesto frente a mi en la mesa.

Miré a Freddy, quien observaba a Dimitri y a otra mesa de manera intermitente, como sin creer lo que estaba viendo, y no era el único, yo tampoco estaba segura si lo que estaba pasando lo estaba soñando o era real, varios a mi alrededor parecían pensar lo mismo por la manera en que observaban hacia nuestra mesa.

- Hola Heather. ¿Estás mejor hoy?- preguntó con su tono de voz grave y atractivo.

Creo que yo continuaba mirándolo con cara de idiota, aún preguntándome el por qué me sentía inexplicablemente bien apenas escuché su voz, por suerte nuevamente Eva tomó relevo mientras yo superaba mi episodio de estupidez diario.

- Mucho mejor… discúlpala- dijo mientras me abrazaba de manera posesiva- ha sido la trasnochada… como esta sola en casa nos fuimos a quedar y conversamos hasta muy tarde. ¿No es así Freddy?

Las palabras de Eva me hicieron reaccionar, la miré fijamente a manera de “no digas más”, pero ella solo sonrió de manera sarcástica y sabionda.

- ¿A si?- preguntó él mientras me volvía a apresar con su potente mirada.

Sin querer me sonrojé levemente. Asentí con la cabeza, no se me olvidaba la mentira del día anterior, cuando le dije que no me encontraba sola, apostaba mi cabeza a que él recordaba lo mismo.

- Me alegra, te ves mejor…- comentó resueltamente mientras volvía a articular una de sus sonrisas ocultas.

Sentía mi corazón latir de manera más frenética de lo normal.

- ¿Se te perdió la mesa de las animadoras?- preguntó de pronto mi amigo.

- ¡Freddy!- le reprochó Eva mientras le lanzaba un trozo de pan a la cabeza.

Dimitri lo miró y sonrió levemente antes de volver a mirarme fijamente.

- No… pero me apetecía saber como se encontraba Heather hoy…- respondió de manera algo críptica.

- Oh… que dulce de tu parte- comentó Eva de manera excesivamente expresiva, la miré entrecerrando los ojos.

Así como iba, con las meteduras de pata de Freddy y los comentarios insidiosos de Eva, de seguro Dimitri no querría sentarse nunca más con nosotros. Me afané en mirar hacia mi plato y comer, tratando de no cometer ninguna estupidez en el acto, y es que no me agradaba la idea de incluir un numerillo de mi parte como guinda de la torta en ese inusual almuerzo. Mentalmente esperaba que llegase esa sensación de vértigo que sentía sólo estando con él, sin embargo avanzaban los minutos y todo lo que podía sentir era mi corazón, palpitando de manera demasiado ruidosa en mi pecho.

Observé de reojo a Dimitri, hasta para comer lo hacía de una manera perfectamente correcta, la hipótesis de ser un miembro de la realeza volvió a cruzar mi mente, y es que tomaba los cubiertos y cortaba la tortilla con una parsimonia que era más común en un sujeto del siglo XVIII y no en un estudiante de preparatoria; a su lado, Freddy, que ya casi se terminaba su tortilla, parecía un neandertal masticando su mamut.

- ¿Cuándo te mudaste aquí?- preguntó de pronto Eva mientras abría una bolsa de ositos de goma, y es que Eva jamás tenía almuerzos convencionales, a veces eran golosinas, a veces solo pan, y habían días en que parecía competir con Freddy en eso de ser más glotones y comer como cromagnones.

Dimitri tragó el trozo de tortilla antes de responder.

- Hace un par de meses… mi hermano ha conseguido un puesto aquí en Portland y he venido a vivir con él…

Me percaté que observaba fijamente a Eva mientras le respondía, como estudiándola, parecía hacer el mismo gesto que Freddy cuando visitaba las tiendas de instrumentos en el centro comercial, como tazando la oferta existente.

- ¿Y tus padres?- preguntó Freddy.

Esta vez se había pasado, miré a mi amigo fijamente.

- Freddy eso no es de nuestra incumbencia- respondí antes de escuchar la respuesta de Dimitri.

Freddy era un chico muy bueno, pero tenía esa inocencia de no tener filtro al minuto de abordar a extraños, para él era todo tan normal como preguntar sobre el clima, aún recordaba el primer día que le conocí, cuando me abordó en la escalera del ala sur sólo para comentarme que Nicholas Felter creía que yo era mona.

Mi comentario fue precedido por un incómodo silencio.

- Freddy ¿recuerdas que debemos preparar el informe de Literatura?- dijo Eva mientras se paraba tomando del brazo al aludido quien la miraba algo confundido. Normal. Eva y Freddy no eran compañeros de Literatura, al parecer Eva había decidido dejarme a solas con Dimitri, lo cual en cierta forma agradecí y me aterró en partes iguales.

Dimitri Moskovits sentado con Heather Evans durante el almuerzo. Que imagen más bizarra, pero cierta, es más, si no fuese por la penetrante mirada de él y por el aroma de su perfume que percibía con perfección, hubiese pensado que realmente se trataba de un sueño, pero mis sueños no eran tan vívidos, ni perfectos…

Alcé la vista de mi plato, sus ojos estaban fijos en mi, tragué saliva en grueso, me parecía que lograba traspasar mis pensamientos, radiografiada con su exhaustiva manera de observarme.

- Perdona a Freddy- añadí antes de volver a fijar la vista en mi comida.

- No hay problemas… de todas formas no me hubiese molestado responderle…- replicó.

El sonido de mis cubiertos era lo único que rompía el silencio entre ambos, sentía las miradas de la mitad de la cafetería sobe nosotros y eso comenzaba a turbarme. Dejé los cubiertos a un lado y lo observé.

- ¿Por qué te has sentado aquí?- pregunté de una manera demasiado brusca que me avergoncé- Disculpa… quiero decir…- me aclaré la garganta en un intento inútil de ganar tiempo antes de seguir hablando.

- ¿Te molesta?- preguntó con normalidad, no parecía enfadado por mi reacción, más bien pensativo.

- No… pero

- Quería hablar contigo, eso es todo- respondió finalmente.

- ¿Sobre qué?- pregunté antes de darme por vencida con la tortilla, dejándola a un lado.

Se encogió de hombros.

- ¿Y no podría ser solo porque me apetecía hacerlo?- preguntó mientras apoyaba ambos codos sobre la mesa, adoptando una pose cautivante.

Enfrenté su mirada, y nuevamente me sentía como jalada por un gancho desde el ombligo hacia abajo, pero esta vez la sensación era distinta, no era precisamente un malestar, parecía como si interior completo se regocijara con sus palabras.

- ¡Dimitri! ¿Qué haces aquí? Te he buscado por todos lados…- la voz chillona de Nicole Cabot hizo que saliera del extraño trance que parecía haber caído gracias a mi compañero de almuerzo.

La observé, a pesar de estar a escasa distancia de mi parecía ignorarme completamente, Dimitri se cruzó de brazos mientras la saludaba con un movimiento de cabeza gentil.

- ¿Dónde más podría estar?- preguntó de manera obvia, me observó unos segundos antes de volver a mirar a la recién llegada.

- Si, como sea- respondió ella- Hemos organizado una fiesta en la casa de Dieter para este Sábado por el inicio del año, vendrán los senior ya que nos corresponde festejarles su último año… supongo que vendrás…- el tono de Nicole Cabot estaba lejos de ser tímido o inseguro, quedaba en claro al oírla el por qué era la cabecilla de nuestra generación, y es que “donde ponía el ojo ponía la bala”, ese dicho le iba a la perfección.

Me fijé en Dimitri quien observaba a Nicole mientras esta se afanaba en los detalles de la fiesta, su cabello oscuro volvió a caer tapando un poco sus ojos, su piel excesivamente blanca contrastaba con el chaleco azul oscuro que estaba usando ese día, su contextura atlética se palpaba aún con ropa gruesa encima, simplemente era perfecto.

- ¿Irás Heather?

Abrí los ojos como platos, esa pregunta no me la esperaba.

- ¿Ella?- preguntó Cabot, como percatándose recién que Dimitri se encontraba con alguien más.

Dimitri la observó.

- Claro… has dicho que todos debemos estar, Heather es de nuestra generación…- volvió a fijarse en mi- Eva y Freddy también deben ir- comentó.

Podía sentir como la cabeza de Nicole Cabot parecía querer explotar, claro, yo no me esperaba aquella pregunta, es más, no esperaba estar entre los invitados a una fiesta organizada por Cabot, por mucho que fuese en la casa de Dieter.

Observé a Dimitri quien parecía sonreír, como disfrutando de la situación. ¿Sabría realmente de cómo nos llevábamos ella y yo? ¡Y Eva! Estaba segura que Dimitri no dimensionaba la mucha maldad que podía albergar Cabot y las muchas ganas de Eva de pegarle un puñetazo, o si no, probablemente no me hubiese hecho aquella proposición.

- Pero…- Nicole definitivamente trataba de encontrar una excusa.

- ¿Pero…? Si has venido a invitarme a la fiesta frente a Heather infiero que esta invitada, al igual que sus amigos…- esta vez la voz de Dimitri fue más dura, mas fría, incluso me pareció algo escalofriante.

La cara de Nicole Cabot era un poema, casi pude vislumbrar como sus engranajes mentales funcionaban a toda velocidad, sopesando los pro y contras de la situación, finalmente se volteó hacia mi de manera algo irritada.

- Entonces nos vemos el sábado, Heather…- comentó con una voz demasiado falsa como para creerle que deseara verme ahí.

Se despidió de ambos y se alejó rumbo a su mesa, observé a Dimitri, sonreía de manera torcida mientras jugaba con un anillo entre sus dedos. Realmente me sorprendió la manera en que doblegó a la chica más manipuladora de la escuela.

- No era necesario…- comenté.

- ¿Qué cosa?- preguntó él con un tono de falso desentendimiento mientras continuaba con la misma mueca.

- Sabes de que hablo… sobre todo lo que acabas de decirle a Cabot, además a mi no me interesa ir a esa fiesta- respondí.

- ¿A no? Pero a Eva le encantará la idea… y a Freddy también.

Entrecerré los ojos mientras observaba como el anillo de plata se movía ágilmente entre los estilizados dedos de él, sin caerse nunca de su mano.

- No los conoces… no puedes saber si les gustará la idea o no- le rebatí por el simple hecho que me exasperaba un poco esa actitud sabionda de él, en cierto modo me recordó a Lethar.

Él sonrió y se encogió de hombros mientras volvía a posar los codos sobre la mesa antes de observarme fijamente.

- Tú eres amigo de Cabot, yo no y mis amigos tampoco…- rematé mientras me cruzaba de brazos, por alguna razón ese día la mirada de Dimitri no desencadenaba en mi ese atípico malestar físico, si no que parecía ponerme más alerta, mas sensible al palpitar de mi corazón, a mi pecho subiendo y bajando frenéticamente cada vez que su mirada atrapaba la mía.

Él negó con la cabeza.

- Ella dice muchas mentiras sobre ti…- comentó mientras se ponía finalmente el anillo en su dedo anular.

Me quedé estática esperando a que aclarase exactamente que es lo que Nicole Cabot decía sobre mi, aunque ya tenía la sospecha sobre que podía ser.

- ¿Y como sabes que son mentiras?- pregunté al ver que él no añadía nada más.

Mi pregunta le hizo sonreír nuevamente. Me percaté que aquel día andaba mucho más sonriente que de costumbre, o es que quizás fuese así siempre y solo por ser el nuevo se había mantenido más hermético. Cruzó las manos frente a mi y se apoyó levemente en la mesa acercando un poco su rostro al mío, me quedé muy quieta observando su rostro, era capaz de mirar sin reparos todos los detalles de su rostro, sus ojos, sus pestañas oscuras, y su boca torcida en una sonrisa que solo le hacía ver más atractivo de lo que ya era.

- Soy muy bueno leyendo mentes…- respondió en tono críptico.

Nuevamente volví a recordar a Lethar, fue en ese instante, mientras observaba fijamente sus ojos cuando caí en cuenta de por qué en cierta forma Dimitri Moskovits me resultaba familiar, abrí los ojos de sorpresa al darme cuenta y como pude ser tan idiota y no haberme dado cuenta antes.

Dimitri tenía esa misma mirada profunda de mi guardián, es más, sus ojos como pozos secretos, tenían exactamente la misma expresión surrealista que los hacía tan especiales. Aquella nueva revelación me dejó con una sensación extraña, considerando la inusual comparación que acababa de establecer.

- ¿Heather?

Me había perdido en mis divagaciones, como siempre, Dimitri me miraba fijamente, nuevamente con cierta frustración oculta, sonreí algo avergonzada, realmente me comportaba como una retrasada cada vez que estaba cerca de él.

- Lo siento…- repliqué mientras observaba a mi alrededor, la mayoría de los estudiantes ya había abandonado el comedor rumbo a su siguiente clase.

- ¿Irás el sábado?- preguntó mientras tomaba su mochila.

Sacudí los hombros a manera de respuesta, mientras lo imitaba y me levantaba de la silla. Comenzamos a caminar juntos hacia el pasillo.

- ¿Por qué te juntas con ella si sabes que es una arpía? Y te sentaste con ella en Historia…¿es que yo te causé mala impresión?- me sorprendí de todo lo salido de mi boca y más aún por el cierto tono reprochador con que lo solté todo, maldije interiormente por estar siendo francamente obvia y patética, pero no pude callarme lo que pensaba en ese instante, y es que luego de haber hecho el descubrimiento de los ojos de él con los de Lethar mi cabeza comenzó a llenarse con pensamientos dispersos pero sobre todo de Dimitri, desde el primer día y como pareció congeniar perfectamente con el grupo de Nicole, en cierta forma no entendía porque de su actitud bipolar de querer juntarse conmigo, llevarme a casa e incluso almorzar en mi misma mesa.

Llegamos ambos a una bifurcación de tres pasillos, Dimitri se detuvo, hice lo mismo, esperando su respuesta, parecía meditar un poco antes de hablar; en ese instante sonó el timbre para ingresar a clases y unos cuantos alumnos pasaron corriendo alrededor nuestro, presurosos.

- Porque pensé que había alguien sentando junto a ti aquel día en Historia…- respondió finalmente.

En ese instante llegó la Rana ordenando a todos a ingresar a clases, claramente la respuesta de Dimitri fue poco satisfactoria, de hecho no respondió mi primera pregunta, quería que se explicase mejor, pero tampoco me apetecía terminar pidiendo un pase especial para entrar a mi clase de español, por lo que desistí.

- Te veo luego, Heather- dijo él mientras caminaba por el pasillo contrario al que yo debía tomar.

Lo que quedó de tarde la pasé conjugando verbos en pasado y comprobando que era completamente nula para tratar de hablar español, sencillamente no estaba hecha para hablar ese idioma, mi lengua se trababa y sabía que no sería capaz de memorizar la inmensa lista de verbos que nos entregó el señor Rodríguez al inicio. Luego de hacer hervir mis neuronas por culpa del español, salí de clases deseando más que todo echarme en mi cama y no hacer nada durante todo lo que quedase de día.

Me encontré con Eva y Freddy a la salida del edificio y nos fuimos los tres en el Volkswagen, Freddy nos dejó en casa pero no se quedó, y es que debía cuidar a sus hermanos ya que sus padres viajaban a Nueva York esa misma tarde, sentí un poco de pena por él, el mayor de siete hermanos, responsable de 6 niños que de angelicales no tenían nada, es más, fueron los hermanos de Freddy los que me hicieron desistir de mi opción de pensar en tener alguna vez una familia numerosa.

Durante todo el camino a casa Eva se esmeró en preguntarme con lujo de detalles todo lo ocurrido en el almuerzo mientras me quedé sola con Dimitri en la mesa.

“¿Viste como te observaba? Demonios… ese chico si que tiene mirada potente…”

Les conté básicamente todo, salvo la parte final, no me apetecía relatarles como había salido yo con mi faceta infantil y patética. Relaté la parte de Cabot y ambos no paraban de reír, y tal como lo predijo Dimitri, los dos parecían deseosos de ir a esa fiesta lo cual no me pareció del todo mal. En cuanto a Dimitri, Freddy solo opinó que le parecía un tipo interesante, dejó a Eva básicamente el monólogo de la ocasión, que por cierto lo continuó cuando ya habíamos bajado del auto e ingresado a casa; realmente no quería seguir hablando sobre el tema, de alguna forma me asustaba el darme cuenta de lo mucho que me interesaba alguien que apenas conocía hacía tres días. Subimos a mi habitación y para sorpresa mía no estábamos precisamente solas, Lethar apareció en el instante justo en que Eva lanzaba su mochila al suelo.

- Hola, Heather- saludó, moví la cabeza a modo de saludo.

Recordé que nuevamente había sido un largo periodo sin él, desde el accidente jamás pasaban más de dos horas sin que Lethar volviese a “revolotear” a mi alrededor acompañándome, dimensioné que fue prácticamente un día completo sin saber de él, y realmente lo extrañaba.

Él se sentó en la orilla de mi cama en silencio, mientras Eva encendía la televisión.

- Voy a ducharme- dijo mientras se sacaba la polera en un movimiento rápido y comenzaba a soltar el broche de sus jeans, la escena se me hizo extremadamente incómoda considerando que Lethar la observaba y luego me miraba a mi con una mueca burlona.

Abrí la boca e hice un mohín.

- ¿No puedes desvestirte en el baño?- dije mientras me situaba estratégicamente en una posición en que tapaba el campo de visión de mi guardián.

Eva rió fuertemente mientras se encaminaba hacia el baño.

- No sabía que eras tan pudorosa, Heather- comentó mientras cerraba la puerta aún riéndose.

Me volteé hacia Lethar y crucé los brazos, él se encontraba en la misma posición mirándome como si fuese todo muy normal.

- Te he dicho que no me gusta que hagas eso…

- ¿Eso qué?- preguntó haciéndose el desentendido mientras se echaba hacia atrás en la cama y apoyaba su brazos tras la cabeza.

Moví la cabeza mientras le miraba escéptica.

- Sabes de que hablo… eso de aparecerte justamente cuando mi amiga va a darse una ducha.

- No he visto nada que no haya visto antes, Heather- comentó con monotonía mientras me observaba.

Abrí la boca como pez fuera del agua y la volví a cerrar, inesperadamente me sonrojé al imaginar a mi guardián en el contexto de sus palabras, él pareció comprender de qué iban mis pensamientos y rodó los ojos mientras se levantaba de un salto de la cama.

- No hablaba precisamente de eso, Heather…- dijo en tono burlón.

Yo me sonrojé más. Desvié la mirada pero sentí sus manos tibias tomando mi mentón, Lethar tenía esa manía conmigo, cada vez que quería mi atención tomaba mi rostro y me obligaba a observarlo sólo a él. Mientras me encontraba con su mirada profunda y clara recordé lo descubierto durante el almuerzo, la semejanza entre sus ojos y los de Dimitri…

Vino a mi mente la grave discusión del día anterior, pero Lethar parecía haber olvidado lo sucedido por la manera ligera en que se comportaba, aunque yo no… realmente no me gustaba como se estaban dando las cosas entre nosotros en los últimos días.

- No te habías aparecido en todo el día…- comenté mientras él seguía sosteniendo mi mentón.

- Creí que no me querías ver en varias horas…

- Fueron casi 24

- ¿Las contaste?- dijo algo burlón mientras soltaba mi mentón pero continuaba observándome fijamente.

Apreté los labios y me aguanté las ganas de lanzarle palabrotas, noté como evitaba tocar el tema de nuestros últimos conflictos, y la verdad es que me encontraba bastante cansada como para volver a inmiscuirme en otra discusión con él por lo que tampoco comenté nada. Lo observé y fue recién en ese instante que me percaté de cómo andaba vestido, no pude evitar reír.

- ¿Acabas de salir de extra en una película de Indiana Jones?- pregunté irónica.

Lethar miró sus ropas, vestía unos pantalones color caqui, una camisa blanca y un sombrero de ala corta que le daba todo el aspecto de ser un buscador de tesoros del desierto, se cruzó de brazos y me miró con suficiencia.

- Estaba en asuntos importantes…- comentó crípticamente.

- ¿A si? ¿Has encontrado el arca perdida o algo así?- pregunté.

Lethar se sacó el sombrero y me lo puso en la cabeza.

- Si… y junto con ella el anuncio del Apocalipsis y la destrucción de todas las adolescentes odiosas…

En serio, a veces me preguntaba si a mi no me había tocado el único guardián que quizás no había aprobado la escuela para guardianes, es que generalmente tendía a imaginar a los “ángeles guardianes” como sujetos solemnes, con vestiduras como los tipos de los murales de la capilla Sixtina y portando una espada, no a un chico que aparentaba mi misma edad, vestía como personaje de película de aventuras, sombrero incluido.

- ¿Qué tal ha ido tu día?- preguntó de pronto.

Apreté los labios, sabía que no le agradaría escuchar que pasé tiempo con Dimitri, que enloquecería nuevamente y terminaríamos discutiendo, aunque también sabía que Lethar hacía esa pregunta más que nada por ser gentil, nunca me contaba mucho de su “trabajo”, pero sabía que tenía muchas maneras de enterarse de mi sin estar en mi “plano” terrenal.

- Bien…- comenté.

- ¿Irás a esa fiesta?

Me rasqué el cuello de manera nerviosa, era obvio, Lethar ya lo sabía, me extrañaba eso si el hecho que no hubiese comenzado a repetir todo aquello sobre alejarme de mi nuevo compañero de clases. Lo observé, sus ojos celestes me miraban expectantes.

- No lo se… Freddy y Eva quieren ir…- respondí mientras me sentaba en la orilla de la cama.

Lethar asintió en silencio pero no acotó nada más, lo cual me dejó con una extraña sensación, sobre todo cuando me percaté de su gesto, en cierta forma… ¿resignado? ¿frustrado? Parecía demasiado meditabundo mientras observaba por la ventana.

- Ronald llegará antes - comentó.

Lo miré sorprendida.

- Pero si…

- Ha muerto el rector de Brown y han suspendido las actividades de la universidad durante toda esta semana, incluida sus conferencias restantes, por lo que regresará, es posible que mañana en la mañana este acá- replicó antes que yo terminase de hablar.

Lethar solía informarme de cosas así, lo cual por cierto facilitaba bastante mi vida, era muy útil saber lo que ocurría con otras personas relacionadas a mi, como cuando me advirtió que no era necesario que trasnochara haciendo un trabajo de Filosofía porque el profesor se encontraba con una terrible gripe y no asistiría a la escuela. Claro que Lethar jamás contaba intimidades de otros ni mucho menos, le estaba prohibido usar sus dones de esa forma, le era posible rebelarme sólo la información estrictamente necesaria, decía que en mi caso era mayor su responsabilidad ya que la situación era distinta al poder verle, los otros guardianes no tenían la necesidad de preocuparse por hablar de más o no, simplemente porque sus protegidos no eran capaces de verles ni mucho menos hablarles.

- Bien…

- Debes deshacerte de las latas de cerveza que siguen en la cocina…- continuó.

Lo miré y asentí en silencio, tenía razón, no me apetecía la idea que Ronald se enterase que estuve bebiendo mientras él no estaba en casa; observé a Lethar, nuevamente volvía a notar que se encontraba demasiado serio para ser él.

En ese instante se abrió la puerta del baño, entre el vapor apareció Eva con una toalla en la cabeza y ya vestida.

- Me he vestido para que no me llames la atención con tu moral recatada, Heather- comentó graciosamente.

Me reí y negué con la cabeza, pero cuando volví mi rostro hacia la ventana, Lethar ya se había ido.

- ¿Y ese gorro?

Eva se acercó hasta mi quitándome el sombrero que me había puesto Lethar, se lo probó y comenzó a hacer poses ridículas..

- Esta de lo mejor… ¿Me lo prestas para mañana?

Yo sonreí falsamente, y es que no me sentía con ánimos de bromear, sentía que mi vida se había polarizado de manera extraña en los últimos días, como una balanza que no podía equilibrarse, curiosamente mientras más conocía a Dimitri, Lethar parecía más distante y ausente; sentí que ambos eran en cierta forma muy opuestos, pero con similitudes curiosas que les parecían unir de manera casi imperceptible...

Suspire. Repentinamente la angustia había vuelto a posarse en mi pecho y la causa de aquello acababa de desaparecer sin si quiera despedirse.

4 comentarios:

  1. Si supieras que cuando te di mis primeras teorías, lo hice motivada por el color de los ojos de Dimitri.

    Siempre lo asocié con Lethar por el color de ojos y siempre estipulé sus diferencias de bandos(?) por eso mismo.

    Me encantó el cap *-*
    Nada de malo, vida, quedó genial *-*
    Amé a Dim... amé más a Lethar, seguí odiando a la idiota de Nicole y Fred y Eva me siguen cayendo bien *--------*

    Amo cuando Lethar se pone misterioso (LLLLLLLL)

    t'adoro *----*
    Y ahora, a esperar el siguiente cap *-*
    Valdrá la pena *-*

    Besitos (:

    ResponderEliminar
  2. Por fin nuevo capitulo!!!
    Llevo desde ayer pasandome cada tanto para ver si habia algo nuevo y por fin esta el capitulo

    No hay mucho que decirte que no sepas ya, em encanto el capitulo, Lethar y Dimitri siguen siendo todo un misterio por lo que sigo en neutral

    Espero leer pronto el siguiente cap
    Besos t.q!

    ResponderEliminar
  3. Pues....

    ....................
    ....................

    GENIAL COMO LOS OTROS 3 CAPITULOS! La verdad es que tanto Lethar como Dimitri son una caja de pandora por que en realidad no se sabe lo que realmente estén ocultando. Aunque de antemano sabes a quien le hice una religión- y la parte de cuando Eva se desviste me hizo reir como no tienes idea.

    Espero con ansias el proximo capi.

    ERES LA MEJOR.

    All my love,partner.

    Atto. Cd.

    ResponderEliminar