lunes, 15 de marzo de 2010

Capítulo ocho: Los Moskovits


Abrí los ojos y costó acostumbrarme a la oscuridad de la habitación, continué unos segundos en la misma posición sobre la cama, sintiendo un fuerte dolor de cabeza y una extraña sensación en la mitad del pecho. Miré el reloj en la mesita de noche, los números de color fluorescente indicaban que eran casi las 4 de la mañana.

Arrugué el ceño mientras me sentaba en la cama, no estaba segura pero sentía que se me estaba pasando algo importante por alto, es más, ni siquiera recordaba haberme acostado esa noche; recordé haber ido a la escuela, la salida con Dimitri a aquel Café en el boulevard y luego… Lethar.

Vinieron a mi las imágenes de la discusión con él, y luego… luego… ¿Había llegado Ronald, cierto? Me tomé la cabeza con ambas manos algo insegura, sabía que había discutido con Lethar por Dimitri pero la discusión no había pasado a mayores, es más recordaba que… me senté en la cama a considerar que realmente no tenía muy claro lo sucedido aquella tarde. Culpé mentalmente a mi poca claridad para retener lo sucedido hacía apenas unas pocas horas, quizás, después de todo si estaba sufriendo un severo stress, tal como lo había señalado el médico antes de irme a Millinocket.

Algo dentro de mi parecía inquieto, me levanté de la cama y caminé hacia la ventana que daba a la calle, vislumbré los focos alumbrando los autos estacionados en las entradas y dos perros callejeros paseándose por entre los jardines.

- ¿Insomnio?- dijo una voz a mis espaldas.

Me volteé rápidamente, extrañamente alegre de escuchar su voz.

- ¡Lethar!

Inesperadamente sentí la necesidad de tocarlo y sin pensarlo lo abracé, sentí como recibió mi abrazo de manera algo torpe, y es que sabía que no se nos daba muy común las demostraciones de afecto.

- Vaya… Tal parece que el insomnio hace vislumbrar tu dulce chica interior- bromeó él.

Apoyé mi mejilla en su pecho por completo indiferente de sus palabras, sólo quería abrazarlo y saber que estaba bien, algo dentro de mi estaba inquieto, y por alguna razón no quería dejarle ir de mi agarre.

- ¿Estás bien?- pregunté separándome un poco para verle el rostro.

Lethar pareció algo desconcertado por mi pregunta, arqueó una ceja y se alejó un poco de mi.

- ¿Debería estar mal?- preguntó mientras levitaba un poco alrededor mío, soltando el abrazo.

- No lo se…- respondí algo insegura- es sólo que…

- ¿Qué?- preguntó él inmediatamente.

Negué con la cabeza tratando de recordar lo sucedido luego de llegar a casa.

- No recuerdo… algunas cosas…

Lethar enarcó esta vez ambas cejas y me sonrió, aunque estuve segura que esa sonrisa no llegó a iluminar sus ojos como de costumbre.

- Estás cansada, eso es todo- comentó él mientras me tomaba de las manos y me dirigía hacia la cama- ¿Qué es lo que no recuerdas?- preguntó mientras me sentaba en la cama y se situaba frente a mi.

Sostuve su mirada unos segundos, sentía la expectación por mi respuesta, podía vislumbrar el brillo de sus ojos aún con la precaria iluminación de la habitación.

- Discutimos ¿Cierto?

.- Cierto- dijo él apoyando sus manos en mis rodillas mientras asentía con la cabeza.

- Pero…- mi mente removía frenéticamente en cómo había terminado aquella discusión- pero… ya no estás enfadado conmigo ¿O si? Yo… es decir…

Lethar rió y tapó mi boca con su mano.

- Heather… relájate… no estoy enfadado contigo, no ha pasado más que una simple discusión y si vas a continuar juntándote con Moskovits sólo te recomiendo que seas cuidadosa…

Me quedé de una pieza al escuchar su último comentario.

- ¿Qué?- pregunté incapaz de creer lo que escuchaba decir a mi guardián, el rodó los ojos y pareció algo incómodo, aún así volvió a sonreír.

- Lo has escuchado, Heather….

- Sí, pero… es decir…- arrugué el ceño- después de todo lo que me has advertido alejarme de él ahora vas y me dices que ya puedo hacerlo… ¿Debo entender eso?

Lethar dejó de apoyarse en mis rodillas y se alejó un poco.

- No, pero yo entendí algo- respondió mientras me miraba directamente- y es que no te vas a alejar de Moskovits por mucho que yo te lo pida, así que… no me queda otra opción que…

- ¿Me vas a decir que te rindes?- pregunté recelosa. No era de Lethar eso de bajarse en una discusión, es más, era común en él el llegar hasta las últimas para ganar en lo que fuese, siempre había sido así, desde que era capaz de verlo luego del accidente, es por eso que siempre discutíamos, Lethar siempre quería salirse con la suya, pero… ¿Ahora? ¿Qué significaba esto?

- No es que me rinda o no, Heather, no seas boba- replicó mientras rodaba los ojos y su pose era demasiado tensa como para acompañar lo despreocupada que sonaba su voz.

- ¿Entonces qué? ¿Repentinamente Dimitri ya no es peligroso para mi?- pregunté testaruda.

Lethar pareció perder la paciencia que trataba de mantener en esos instantes y se reincorporó mirándome ceñudo mientras cruzaba los brazos sobre el pecho.

- ¿Por qué siempre tienes que…- movió los brazos de manera exasperada y hasta infantilmente- ¿No puedes quedarte con el simple hecho que ahora tienes la posibilidad de ver a ese… sujeto sin que yo te objete algo?

Me levanté de la cama y me acerqué a él recelosa.

- ¡Pero entonces dime porque ahora puedo!- miré hacia la puerta cerrada de mi habitación y bajé la voz- … y antes no podía…

- Heather… Eres mucho más agradable dormida ¿Sabías?

Rodé los ojos y me crucé de brazos, no estaba dispuesta a bajar la guardia.

- Estoy esperando tu respuesta… hoy en la tarde… ¡Discutimos por él!

- Y luego yo te dije que sólo me preocupaba tu bienestar…

Abrí la boca y la volví a cerrar. A mi cabeza acudió una difusa imagen de Lethar y yo conversando. ¿Qué me estaba ocurriendo? ¿Por qué no era capaz de recordar con exactitud?

Lethar me miraba fijamente esperando mi contraparte, pero yo estaba más preocupada de recordar en que había terminado nuestra discusión de aquel día.

- ¿Qué ocurre?- preguntó finalmente él mientras se acercaba a desordenarme el cabello.

- No recuerdo que me hayas dicho eso…

- Eso es porque te quedaste dormida mientras hablábamos- terció.

Él se encogió de hombros y rió, llenando con su liviana risa el ambiente de mi habitación. Tomó mi cabeza dejando su rostro frente al mío.

- Eres mi protegida y me importa que tú estés bien ¿De acuerdo?

Asentí torpemente mientras sentía el tacto tibio de sus manos sujetando mis mejillas y parte de mi cuello. Lethar besó mi frente y sonrió con esa sonrisa de chico travieso tan característica de él.

- Ahora duerme… Ronald no querrá ver tu cara ojerosa para ir a la escuela.

Mi cabeza seguía siendo un torbellino de sensaciones inefables de descifrar, aún así decidí hacer caso a mi guardián, estaba cansada y tampoco me apetecía que mi tío me viese mala cara y sacase malas conclusiones, aunque fue curiosa la manera extrañamente rápida que caí en un sueño profundo, con sueños confusos que se repitieron insistentemente, donde una inmensa luz me cegaba…

Al día siguiente Ronald me fue a dejar a la escuela, desde mi desmayo a la mitad del pasillo parecía ser que se sentía con la responsabilidad de cumplir mejor aún su labor de cuidarme, se afanaba en tenerme el desayuno listo apenas bajaba a la cocina por las mañanas y luego ir a dejarme a la escuela; a Freddy y Eva no les hacía mucha gracia la nueva actitud de él, sobre todo a Eva quien decía que por su culpa habíamos roto una de nuestras tradiciones memorables al no irme con ellos al instituto, de todas formas no me sentía con ánimos suficientes como para hacer que Ronald volviese a su actitud de antes conmigo, era bajarlo de su nube de tío protector demasiado pronto y tampoco podía opinar que fuese tan malo, sobre todo porque con él no tenía que fingir estar bien cuando en realidad sentía que mi pecho se retorcía de una inefable angustia.

Era Viernes y los ánimos de adelanto del fin de semana se olían en el ambiente, por lo general todos los alumnos andábamos más dispersos y deseosos de aprovechar los últimos días más calurosos antes de sumirnos en el gélido frío tan típico de Portland. El día pasó demasiado rápido para placer mío, y de pronto ya me encontraba abandonando la escuela con una hora y media de antelación que el resto de mis compañeros de clase, y es que había logrado excusarme de hacer Educación Física, el doctor había convenido que me tomara esa semana con calma.

Salí del edificio con paso tranquilo, era viernes y me esperaba un tranquilo fin de semana, Lethar había aparecido y desaparecido intermitentemente durante la mañana, y a pesar de obligarme a prestar atención a mis clases había algo que no lograba abandonar mi mente, esa sensación extraña que portaba desde que había despertado en la madrugada. Lethar parecía comportarse como siempre, seguía vistiéndose como chico de preparatoria, lanzó varias frases irónicas y mordaces en mi contra, incluso se rió de algunos compañeros míos; sin embargo yo seguía sintiéndome extrañamente incómoda, como si me estuviese perdiendo algo especialmente importante, una parte de mi decía que sólo era paranoia, solía ser muy paranoica, en realidad demasiado, más aún luego del accidente y saber que tenía un guardián, estaba dada a pensar que habían muchas cosas que ignoraba dentro de mi misma realidad, es por eso que las sensaciones como corazonadas o malas espinas las atendía con especial preocupación, nunca se sabía cuando podía estar en lo cierto.

Ya casi había alcanzado el paradero para tomar el autobús cuando el espectacular Camaro negro apareció a mi lado, auto que no podía pertener a nadie más que a… bueno, él... Me quedé parada en la acera, sosteniendo con cierto nerviosismo los tirantes de mi mochila mientras se abría la ventana del copiloto, no había visto a Dimitri en todo el día, por lo que había pensado incluso que no había asistido a la escuela, pero al parecer estaba equivocada, ya que el Camaro parecía haber salido del estacionamiento del instituto.

- Hola, Heather- dijo asomando su cabeza levemente- Te llevo- añadió mientras abría la puerta del copiloto.

Por dos microsegundos dudé si subir o no, nuevamente esa corazonada incómoda hizo su aparición, pero luego recordé la actitud de Lethar en la madrugada, ya no parecía haber problema en ver a Dimitri. Este último pensamiento fue el que me hizo abrir la puerta más aún y deslizarme dentro del auto.

Inmediatamente mis fosas nasales fueron inundadas por su tan peculiar aroma, lo miré y no pude evitar sonrojarme al percatarme de la mirada fija que tenía puesta en mi.

- No te vi en la escuela…- comenté luego que echó a andar el auto a una velocidad francamente alarmante.

- Lo se- respondió mientras articulaba una sonrisa críptica.

Observé su perfil mientras me apoyaba en la puerta, esperando que aclarase su actitud de sabedor tan típica en él.

- No fui hoy…- aclaró finalmente.

Arrugué el ceño sin entender.

- ¿Entonces qué hacías ahora en la escuela?- pregunté confusa.

- Esperarte…- replicó en un tono por completo relajado, como si fuese cosa de todos los días que él esperase por mi a la salida de la escuela.

Volví a ponerme roja mientras desviaba la mirada de él, había algo muy raro en la ecuación de “chico perfecto + Heather”, no, definitivamente eso no estaba en mis registros de posibilidades ni estadísticas. Cuando fijé la vista en el camino, luego de muchos segundos me percaté que no estábamos tomando el camino a casa, estábamos yendo hacia el norte.

Miré a Dimitri y él sonrió aún más.

- Pensé que te gustaría conocer mi casa…- comentó mientras adelantaba a dos autos sin siquiera mostrar el más mínimo gesto de esfuerzo.

- ¿Tu… casa?- pregunté algo sorprendida.

Dimitri me miro unos segundos antes de volver al camino.

- Si… Aunque si no quieres…

- No, no es eso…- repliqué inmediatamente mientras maldecía mentalmente por ser tan idiota como para desaprovechar la posibilidad de conocer la casa del chico más perfecto que había conocido en mi vida hasta ese momento.

- Esta bien…

Condujo en silencio el resto del camino, yo me dediqué a observar las calles y casas pasar, el Camaro se movía con agilidad sobre el pavimento, no sabía si era producto del auto o de su conductor pero me daba la sensación que el auto se deslizaba sobre el pavimento como esos trenes supersónicos en que se mueven los orientales.

Di un respingo cuando la cabeza de Lethar apareció junto al auto en movimiento, miré a Dimitri pero él parecía concentrado en el camino, volví la vista hacia mi guardián, que volaba a la par con nosotros, me miraba a mi y luego a Dimitri, sin embargo su rostro mantenía un gesto impenetrable, traté de vislumbrar algún enojo en él, pero me fue imposible, realmente no podía entender el repentino cambio de Lethar respecto al asunto, sabía que debería sentirme aliviada por aquello, pero al contrario, el hecho de ver ceder tan repentinamente en su decisión me dejaba descolocada, con cierto recelo interior, y es que no encontraba coherencia en el asunto, por más que quebrara la cabeza. No, no la había.

-“Heather, deja de ser tan complicada y por una vez vive el momento”- mi voz interior parecía deseosa que dejase de rebanarme la cabeza a pensamientos, suspiré y decidí dejar de lado mis diatribas interiores.

Pasamos el Cementerio Evergreen y continuamos por la Avenida Warren cruzando la carretera 95, miré algo asombrada a Dimitri.

- ¿Llegaremos a Canadá?- pregunté con cierto matiz de broma, él carcajeó levemente.

- Nos gusta la tranquilidad de la periferia- respondió mientras doblaba por una calle más estrecha y detenía el auto frente a un inmenso portón de fierro.

Las rejas se abrieron automáticamente y entramos, me quedé asombrada mirando a través de la ventana el paisaje que se abría ante mis ojos, un condominio de casas enormes, con jardines delanteros de ensueño, claro, no se podía esperar menos de Dimitri Moskivits, si con apenas 16 años era poseedor de un coche que ningún adolescente normal podría si quiera soñar; las dos primeras casas no tenían muros delanteros por lo que era posible visualizarlas en toda su magnificencia, sin embargo, mientras avanzábamos en el Camaro, mi visión se vio interrumpida por enormes muros de cemento que habían puesto sus ricos propietarios para proteger su privacidad.

Dimitri continuó conduciendo un par de minutos, hasta que se detuvo en la fachada de un portón, que como por arte de magia se abrió automáticamente. Fui capaz de percibir como mi corazón se paralizaba expectante ante las puertas que se abrían frente a mi, dándome la primera visual de la casa de aquel extraño y fascinante chico que se encontraba a mi lado.

Estacionó frente a la entrada y antes que yo pudiese sacarme el cinturón ya estaba abriendo mi puerta del auto para ayudarme a bajar, lo miré algo asombrada, no estaba acostumbrada a gestos de galantería por parte de los chicos, es más, no solía relacionarme mucho con chicos, excepto Freddy, pero él tenía de galante lo que Eva tenía de hétero, así que no había por dónde.

- Bienvenida…- recitó él con su típica voz ronca y suave, perfecta.

Tomé su mano algo insegura, estaba casi segura que nos abriría la puerta un mayordomo y aparecería una dama de llaves para ofrecernos el té o algo parecido, sin embargo fue él mismo quien abrió la puerta y me hizo pasar.

Pasamos ambos por el hall de entrada, la casa era enorme, los muros estaban revestidos de madera oscura y la decoración de la casa era por completo lujosa, la verdad no me extrañaba, con solo ver el auto de Dimitri era obvio que provenía de una familia de mucho dinero.

- ¿Pasamos a la sala?- preguntó mientras me hacía un ademán con el brazo. Asentí en silencio mientras parecía que me adentraba en una extraña película de misterio, se respiraba un ambiente algo inquieto, o al menos eso fue lo que sentí apenas puse un pie dentro de aquella casa, supuse que era mi completa falta de roce social y el hecho de no tener como hábito el visitar casas ajenas que no fuesen las de mis dos mejores amigos que por cierto no solían vivir en mansiones de lujo situadas en la periferia.

Cuando cruzábamos uno de los pasillos llegó a nosotros un fuerte olor a humo de tabaco, volteé el cuello mirando hacia lo que parecía una sala de escritorio, era enorme, la pared del fondo con unos enormes ventanales por donde entraba a raudales el sol, haciendo el efecto visual del humo formando extraños espirales y argollas, mientras que el resto de las paredes laterales estaban revestidas con libreros que llegaban –literalmente- hasta el techo. Dimitri se detuvo en la entrada apoyándose en el muro mientras se cruzaba de brazos.

- Heather… quiero presentarte a mi hermano Alarik, Alarik ella es Heather…

Fue sólo entonces cuando me percaté que había alguien en la sala, sentado de espaldas a la ventana por lo que la sombra le daba de lleno a contraluz, miré hacia el escritorio y lo primero que percibí fue el brillo de sus ojos, algo en mi interior se inquietó, sin embargo articulé una leve sonrisa de cortesía mientras veía como la figura se levantaba de la silla, dejando el cigarrillo a un lado y caminando directamente hacia nosotros.

Decir hermoso era poco, físicamente era muy parecido a Dimitri, sin embargo su manera de andar era mucho más intimidante y voraz, tenía el mismo color de cabello oscuro, pero sus rasgos eran aún más exóticos que los de su hermano menor, vestía un pantalón oscuro y un sweater del mismo color, haciendo resaltar su palidez casi fantasmagórica, me percaté que sus ojos parecían traspasarme por completo, y sentí lo mismo que sentía al estar junto a Dimitri, que mis piernas no eran capaces de sostener mi cuerpo; por segundos fue como estar atrapada entre dos tigres poderosos. No fue si no hasta que Alarik se halló en frente de mi que me percaté que no había dicho palabra, perdida en mis observaciones.

- Es un gusto conocerte al fin, Heather- dijo él, su voz produjo un cierto escalofrío en la mitad de mi espalda, pero fingí ignorarlo lo más posible.

Alarik se acercó hasta mi y tendió su mano, igual de helada que la de su hermano. Miró a Dimitri y articuló una sonrisa que me hizo casi perder el aliento.

- Es más hermosa de lo que habías dicho, Dimitri…- objetó él.

Sentí que me encontraba en una mala y cruel broma, no podía ser en primer lugar que Dimitri hubiese dicho que me encontraba guapa, y en segundo lugar, su perfecto hermano no podía estar halagándome frente a frente, como si yo fuese una especie de modelo de revista y no una simple chica que aún no aprende a sentarse derecha en una silla, todo sonaba de mal gusto, tomando en cuenta que me encontraba entre dos chicos que parecían deidades griegas o modelos de revista Vogue y estaba claro quien era la insignificante en aquella habitación.

- Lo es, pero que sepas que Heather no se impresionará con tus galanterías, Alarik- respondió Dimitri con calma mientras se paraba junto a mi.- Es muy lista…- Alarik esbozó una mueca de suficiencia y posó su vista en mi, casi deseé que no lo hubiese hecho, y es que sentí mis mejillas enrojecer.

- Es un gusto…- respondí con un tono de voz unas dos octavas más agudas de lo normal.

Dimitri pasó su mano tras mi espalda, contacto que me tomó con cierta sorpresa, en un mismo día ya me había tomado de la mano y ahora me trataba como si fuese muy normal tener contacto corporal entre ambos, no es que me desagradase, al contrario, sólo me tomaba por sorpresa, aunque estaba claro que cada vez que había contacto entre nosotros parecía que una docena de sapos bailaba la conga en mi estómago.

- ¿Te quedarás a cenar con nosotros?- preguntó Alarik.

- Viene solo por unos momentos- respondió Dimitri antes que yo abriese la boca, lo miré pero él parecía concentrado mirar fijamente a su hermano, me percaté que la manera de hacerlo no era muy amigable que digamos.

- Si… debo volver pronto a casa…- añadí.

Alarik me sonrió, al mismo tiempo sentí la mano de Dimitri posándose completamente en mi espalda.

- Es una pena… me gustaría conocer más a los amigos de mi hermano- comentó con voz aterciopeladamente suave.

- En otra ocasión…- dijo Dimitri mientras me atraía de vuelta al pasillo- si me permites…- replicó volviendo a caminar hacia el pasillo, llevándome de vuelta con él.

- Hasta luego, Heather- se despidió Alarik tomando mi mano nuevamente, mientras sus dedos fríos se cerraban en mi palma- he sido un gusto conocerte…

- Igualmente…- respondí más por cortesía que por otra cosa, lo cierto es que no hubiese denominado como “placentero” aquella presentación, aún me parecía sentir su gélida mano tomando la mía cuando abandonábamos aquel pasillo.

Dimitri me llevó casi a la carrera hasta el otro extremo de la casa, había quitado ya su mano de mi espalda, lo observé por el rabillo del ojo, parecía algo contrariado. No me atreví a hablar hasta que estuvimos ambos sentados en la enorme sala, decorada con fastuosos cuadros y muebles antiguos.

Miré a Dimitri algo nerviosa.

- Tienes una linda casa…- dije sólo por romper el silencio- “Vaya inteligencia la tuya, Heather”- contra atacó mi mente- “Comentar sobre la casa, casi tan interesante como hablar del clima”- ironizó esa vocecilla odiosa en mi mente.

- No me gusta que Alarik se meta en mis asuntos…- respondió mientras alzaba la vista y me miraba fijamente.

Me quedé muy quieta, sin entender claramente de que estaba hablando, arrugué el ceño, abrí la boca para hablar pero él continuó explicándose.

- Alarik suele querer controlar todo en mi vida… es por eso que no me gusta que se inmiscuya demasiado…

- ¿No te gusta que tu hermano conozca a tus amigos?- pregunté confusa.

- No me entusiasma la idea que se acerque mucho a ti…-respondió mientras volvía a arrugar el ceño.

Me quedé en blanco, no esperaba aquella respuesta de su parte. ¿Por qué?

- ¿Entonces para que me trajiste a tu casa?- volví a arremeter sin entender.

Dimitri me miró fijamente, volví a perderme en su mirada oscura y misteriosa, observé todo su rostro mientras sentía como mi pulso se aceleraba como si hubiese corrido una carrera de 100 metros planos, él sonrió levemente, mientras continuaba atrapándome con sus orbes.

- Porque creí que te gustaría conocerla…- respondió.

- Ah…

Silencio. Lo miré y él continuaba mirándome fijamente, volví a sentir que me faltaba el aire, mientras mi corazón se disparaba.

- ¿Qué?- pregunté finalmente.

Él pareció sorprendido con mi pregunta, sin embargo volvió a sonreír con esa mueca misteriosa tan típica de él.

- Ven, te mostraré la casa…- respondió mientras se levantaba del sillón y tomaba mi mano.

Sus dedos atraparon los míos pero un contacto suave y agradable, me dejé guiar por él, que un chico tan guapo y perfecto me guiase para mostrarme su mansión era sin dudas algo nuevo para mi; volvimos a pasar por el despacho del hermano mayor de Dimitri, sin embargo se encontraba vacío, aunque aún era posible ver el humo recorriendo la habitación. Subimos escaleras y continuamos caminando por uno de los pasillos del segundo piso, llegamos hasta una enorme ventana que él abrió, dando paso a un enorme balcón, caminé y llegué hasta la baranda de éste, a nuestros pies la vista de todo el jardín y parte de los jardines de casas aledañas se vislumbraba con toda claridad, los árboles se imponían en el paisaje, con distintas tonalidades de amarillos y naranjas, pintando de colores cálidos el otoño que ya casi empezaba en Portland.

La tarde pasó con rapidez insospechada, el tiempo voló entre conversaciones, miradas y silencios que cada vez eran menos incómodos, no podía evitarlo, había algo, como un imán que me atraía hacia él, y mi corazón no dejaba de palpitar sangre a una velocidad casi ridículamente vergonzosa cada vez que mis ojos se cruzaban con los suyos. Era un hecho: me gustaba demasiado Dimitri Moskovits.

No volví a ver a Alarik hasta que ya casi nos íbamos, apareció luciendo igual de perfecto y escalofriante que la primera vez.

- Nos veremos otra vez, Heather…- pronunció él a modo de despedida.

No supe si era una pregunta o una afirmación, sonreí tratando de ser cortés, lo normal hubiese sido decir que sería un gusto pero aquellas palabras no abandonaron mi boca, y es que la verdad, no me apetecía volver a encontrarme con Alarik Moskovits, había algo en él que me perturbaba.

El viaje a casa fue cuando ya el sol estaba casi por completo desaparecido, prontamente el cielo se tornó oscuro y para cuando ya cruzábamos la ciudad hasta mi casa se vislumbraban las primeras estrellas, fue en ese instante en que recordé que Lethar no se había aparecido ni una sola vez aquella tarde, un nudo volvió a formarse en mi estómago con aquella inefable sensación.

Aparcó fuera de mi casa y por segundos nos miramos en silencio, sentí mis mejillas enrojecer, sus ojos me observaban de una manera demasiado penetrante como para que mi corazón de adolescente sobre hormonada lo soportase, sobre todo porque no era común que alguien como yo recibiese miradas de aquel tipo.

Me aclaré la garganta un poco antes de hablar, sin embargo fue Dimitri quién se adelantó a mis palabras.

- Gracias por pasar conmigo la tarde…

Me quedé algo paralizada en mi asiento sin saber qué decir, normalmente nunca me agradecían el hecho de compartir mi presencia con otras personas, básicamente porque no solía ser el epicentro de la entretención ni mucho menos, es más, pensaba que muchos en mi escuela se aliviaban al verme abandonar el mismo espacio físico que ellos, la chica huérfana con tendencias homosexuales no les iba demasiado.

- Oh…-me volví a aclarar la garganta- gracias a ti por invitarme a conocer tu casa… ya sabes…

Silencio.

Nuestras miradas se cruzaron y pude ver como el torso de Dimitri Moskovits se acercaba hacia mi, su rostro acortando las pulgadas que nos separaban, sentí la sangre fluir por mis venas de manera escandalosamente rápida ¡Dimitri Moskovits iba a besarme! O al menos eso creí, pero entonces todo sucedió muy rápido, la voz de Lethar llegó clara a mis oídos.

- Pero que lindo y… prohibido espectáculo…- murmuró con su típica voz irónica.

Fue inevitable dar un salto mientras mi cabeza ladeaba a mirar hacia el parabrisas donde Lethar estaba cómodamente sentado sosteniendo una hoja con el mensaje de “Fin de la NO-CITA”, fue tanto la sorpresa de aquello que al saltar sorprendida mi cabeza golpeó el techo del Camaro.

- Heather…

Ok. Fin del momento especial, Dimitri se encontraba inclinado un poco hacia mi pero sea lo que sea que haya estado intentando hacer había desistido, bajó del auto y se apresuró a abrir la puerta del copiloto mientras yo maldecía en voz baja a Lethar, no podía ser tan podidamente inoportuno ¿Y en ese instante dónde se encontraba? Ni luces de mi guardián, típico de él, solía aparecer y desaparecer a placer lo cual era realmente desagradable, sobre todo cuando tenía todos los deseos de estampar mi puño en su cara.

Bajé del auto aún sintiéndome furiosa, lo peor es que nunca llegaría a saber qué es lo que exactamente iba a ocurrir en el Camaro y Lethar era el culpable por ello; luego de una despedida donde no hubo ningún tipo de contacto corporal entre nosotros-como yo hubiese deseado- Dimitri se marchó, entré a casa y supe que Lethar estaba arriba, y lo sabía porque le escuchaba canturrear como si nada una canción de The Doors.

En la línea “light my fire” fue cuando logré llegar a mi habitación y cerré de un portazo casi atravesándolo con la mirada.

- ¿Qué te traes, Lethar?- estallé lanzando mi mochila lejos y atravesando la habitación hasta donde él estaba, mi guardián me miró con una de sus típicas sonrisas torcidas, esas que en momentos de confrontación sólo logran exasperarme más.

- ¿Traerme con qué?

- Lo sabes- repliqué picando su pecho con mi dedo- ¡Dios! Necesito que dejes de pulular alrededor mío cada vez que tengo una cita, por si no te habías dado cuenta no soy de las del tipo que tienen filas de chicos invitándome a salir.

- Yo no “pululeo” alrededor tuyo, Heather, además… ¿a eso le llamas cita?- preguntó burlón logrando que mi ceño se juntara aún más. De todas formas Lethar tenía razón, eso no había sido una cita, había sido una invitación casual a conocer su casa.

Estaba tan furiosa que me encerré en el baño de un portazo, era realmente estúpido ya que sabía que si le daba la gana Lethar era perfectamente capaz de aparecerse ahí, pero esperaba entendiera que estaba lo suficientemente furiosa con él como para que no intentase hacerlo.

Lavé mi cara repetidas veces tratando de calmarme, mientras me secaba con una toalla sentí tres golpes suaves en la puerta.

- ¡Fuera de aquí, Lethar! ¡He dicho que te largues!

- ¿Heather?

La sangre abandonó mi cuerpo al reconocer la voz de Ronald al otro lado, lancé la toalla y abrí la puerta inmediatamente encontrándome con la interrogante cara de mi tío.

- ¿Lethar? ¿Quién es Lethar? ¿Qué hay un chico en casa? – preguntó él mientras inspeccionaba mi habitación como esperando encontrarlo detrás de las cortinas o algo así, me mordí los labios nerviosa- ¿A quién gritabas Heather? – preguntó observándome fijamente.

En ese instante apareció el susodicho levitando justo detrás de Ronald, con los brazos cruzados, parecía estar disfrutando el momento realmente incómodo en el que me encontraba. Mi silencio le hizo entender a mi tío que si bien ya no estaba lo cierto es que sí había habido un chico en mi habitación; fue su turno de ponerse incómodo, lo supe por la manera en que rascó su nuca antes de hablar.

- Bien… creo que nunca habíamos hablado del tema de citas antes, es decir…

- Ronald, no es…- pero no pude continuar debido a la risilla burlona que Lethar soltó en aquel instante, vaya que si estaba disfrutando el momento. ¿En serio aquel ser infantil y molesto era mi ángel guardián?

- Pero debo decir que mientras yo no esté en casa tienes prohibido traer chicos a tu habitación… creo…

Lo cierto es que Ronald era un total novato con eso de reglas impuestas por padres, cada vez que me daba alguna orden o sentencia lo acompañaba con un “creo” que lo hacía perder por completo su autoridad, a veces hasta me lamentaba que él tuviese que pasar por todo esto de ser mi tutor, había tenido que cuidarme luego de morir toda mi familia, como hermano de mi madre y único pariente vivo que tenía era lo que correspondía, era eso o servicios sociales; por eso me limité a un resignado “esta bien, como tú digas”, no quería más problemas, es más, lo único que quería era que Ronald volviese a su despacho en el primer piso y así poder estampar el rostro de Lethar contra la pared. Sin embargo a pesar que Ronald se fue Lethar no volvió a aparecer de nuevo, incluso no apareció cuando le llamé lo cual fue verdaderamente extraño, fue entonces cuando la sensación de angustia volvió a mi, la misma sensación que había tenido la noche anterior, el día había estado recargado de tantas cosas que el incidente de la madrugada había sido casi por completo borrado de mi memoria hasta ese instante…

Me acosté y tarde horas en conciliar el sueño, la última vez que miré el reloj sobre la mesita de noche antes de caer rendida al sueño marcaban las tres y veinte de la madrugada y Lethar continuaba sin aparecer, lo siguiente que supe fue que me vi envuelta en extraños sueños, conmigo caminando entre una total oscuridad que de pronto era iluminaba por una cegadora luz, acompañada de un agónico grito…

6 comentarios:

  1. WOW q cap,
    q bueno k regresate a contarnos esta linda historia,
    Lethar soy tu fan numero uno!!! XD

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  2. Dimitri es muy misterioso y su hermano también... pero me sigo quedando con lethar, auque también parece guardar muchos secretos, creo que es más de fiar y es muy gracioso, jejeje...

    buen capi! a ver si leemos pronto el siguiente...

    bsos

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  3. Si!
    Gracias por el capitulo, muy bueno!
    Me alegro de que hayas actualizado el blog, me pasaba casi todos los dias (:

    Animo y Saludos!

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  4. Holaaaaa!!!!!! Habia visto que habias actualizado antes dq me escribieras en mi blog!! Pero decidi que queria volver a leer todos los capitulos para refrescar mi memoria... Bueno, volvi a engancharme con la historia otra veeez!!!!!! y me sigo preguntando que fue lo que sucedio en el capitulo anterior... por que Heather no recuerda nada y por que Lethar ha cambiado de opinion?!?!?!?! nos vas a explicar? jaja

    Se me cierran mis ojoosss!! He leido la historia en lugar de leer lo que tengo para la universidad! jajaja pero bueno, ya leere mañana!!! Actualizaras otro capitulo pronto???? Di q siii!!! :D me intriga mucho saber que esta sucediendo!!!!

    Que gusto saber de ti otra veeez!! :D
    Hasta prontoo!!!!!

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  5. Holaaaa M.K.
    es un gusto que aparecieras
    no me conoceras xD
    me presento me llamo Viviana y soy
    de una historia llamada Rosa Negra
    http://elamornoesunjuegoesunarmamortal.blogspot.com/ Pasate si gustas...
    pero bueno el caso
    es que diossss..
    AMOOO tu historia
    muchisisisisisisimo antes de siquiera
    crear mi blog
    desde junioo del año pasado ^^
    te imaginaras
    de cuando estube como loca
    esperando a que publicaras
    es mas me metia para ver si habias escrito en el cbox... .-.
    y cuando por fin publicaste
    CASII GRITOO...bueno en realidad lo hice xD
    es que tu historia
    es una de las MEJORES que he leido en mundo blogger
    eso dalo por hecho
    de verdad es buenisisisisisima
    fasinante...me encanta todo los personajes...
    ME ENCANTAAA LETHAARR uff! *-*
    siempre me lo imagino super bello <3
    es que lo es :D
    el siempre quiere lo mejor para Heather
    y es tab DULCE <3
    es un amorrrr *-*
    LO AMOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO <3<3
    Dimitri al principio estaba
    mega enamorada de el .-.
    aun lo estoy (:
    pero algo me hace dudar de el .-.
    sobre todo de su hermano que me mata del miedo
    pero aun asi me sigue pareciendo
    mega super malditamente SEXY *BABA*
    todo el esta tramando algo
    pero me encanta su estilo chico MALO *-*
    NOOOO sabes que LETHARR es MEJORR ^^ (:
    aunque oculte 468348965 cosas
    como que paso en el cap anterior
    que ella no recuerda nada
    algo pasa.. y tambn con Dimitri algo pasa?
    ahhh me vuelbe loca saber que seria O:
    ya quiero saber la duda me mataa XD
    awwwwwwwwwwwwwww Freddy tambn me gusta ^^
    es que es tan tiernitoooo :D
    y Eva me cae super bn^^
    al igual que Heather (:
    aunque me da muchaaa trsitesa su pasado T.T
    ahoraa que lo recuerdo
    AMOOO ETERNAMENTE el cap
    en el que se va de vacaciones
    y pasa todo eso con Lethar fue todo tan AWWWW*-* PERFECTOOO
    me encatooo (:
    Ya quieroo leer el siguientee cap
    espero que sea pronto
    Buenoo y fue un gusto dejarte este coment
    espero te pases por mi blog^^
    Bueno te cuidas Bye Besos! (:

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  6. O.O woooow... yo sabia... me lo temi desde que el le dijo en capi anteriores... que letthar dijo algo asi con de prohivido.. mmmm creo que Dimmitri si lo ve... Ja jamas me ha dado buena espina.. prefiero al guardia.. que este medio frio y oscuro... u.u pero bueno
    ^^ por suerte aun me queda un capi mas por leer... me encanta como escribir y me encantan tus historias... las comence a leer hoy... y no he termiinado ¬¬ xq me han interrumpido mucho...
    peroooo ahhh que me encanta super adictiva... n.n

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